… Y la noche me envolvió
en la magia de su ensueño,
cuando a las ventanas
de mis somnolientos oídos,
llegó el murmullo
de una copla perdida;
atravesando mis sentimientos,
avasallando mi esencia,
era el llanto púrpura
de un amor desgajado…
¿quizá olvidado?,
llama viva, ardiente
en la esfera de un reloj
sin tiempo ni estrechez.
Me aferré a él
sin cuestiones ni alabanzas.
Viví los años
que la vida me ofrecía,
sin darme cuenta
que en la aurora…
mi corazón perdería.
Jorge Aimar francese Hardaick
Escritor y poeta - Argentina
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