Apenas una caricia,
de esa gota perdida,
colándose por mi cuello,
me pareciera que fuera,
fría como una despedida,
tan dulce como un abrazo,
insípida como un adiós,
tan sabrosa como un beso.
La lluvia me trae,
goterones de emociones,
que lo mismo que tú,
a veces,
me regalas indiferencias,
me colmas de pasiones,
agrias mi garganta,
y endulzas mi boca.
Todo ello igual,
al mismo tiempo,
así me tratas tú,
así me amas tú,
como esa gota de agua,
que resbala por mi espalda.
a.rodríguez.