Las espigas me quito de la ropa
Y caen como el recuerdo hacia el cemento.
Quiero olvidarte. Me sirvo otra copa
Lleno de sentimiento.
De aquellos atardeceres costeros
Solo han quedado las fotografías.
El miedo de los días venideros
Me asola en estos días.
Aparte de la añoranza y las cartas
Llevo cristales de romper espejos.
Quiero llegarte, pero tú te apartas
Tremendamente lejos.
Nunca fui buen poeta, Dios, tampoco
Supe apreciarte como merecías.
Donde antes te encontrabas hallo poco:
Solo las manos mías
Profundamente frías.
Dime que no te has ido, que te encuentro
En la cama como un lunes cualquiera...
Dime que aún tienes mi corazón dentro,
Que no se encuentra fuera.
Pero dímelo ya, que me calcino
Pensando en que volverás de repente.
Pero lo entiendo, sigues tu camino
Irremediablemente...