A VECES, TANTAS VECES, LA VIDA SABE AMARGA
A veces, tantas veces la vida sabe amarga
y sirve en bella copa el vino del dolor,
entonces la percibo como una mano larga
rasgando con espinas las rosas del amor...
Actúa sin clemencia, vuelve y vuelve a la carga,
es viento furibundo, crüel, desolador,
entonces me pertrecho con espada y adarga
dispuesta a defenderme con coraje y valor.
Mas sé bien que ella tiene diferentes sabores
los guardan celofanes de distintos colores:
Sabor a caramelo, menta fresca, limón...
A mí me gusta más su sabor a canela,
el que tiene tu boca cuando en noches en vela
guardo espada y adarga y entrego el corazón.