La recepcionista de correo.
Hoy le escribiré a una dama, mujer trabajadora,
que para dejar su casa limpia, es madrugadora ,
y llegando a su trabajo, entre encomiendas y papeles,
convierte un lunes, en fiesta de alegría a raudales.
A pesar del fuerte cansancio, cada día esa mujer,
muestra una cara bonita y sonriente al atender,
a su responsable trabajo se entrega cada vez más,
y tiene la curiosidad de saludar: Hola, cómo estás?
Joven, viejo, negro, blanco, médico o mensajero,
siempre con gran respeto y amabilidad infinita,
reciben una bella sonrisa, es verdad yo no exagero.
A ella, la preciosa recepcionista que la tristeza cura,
y que cada mes alegra un día, el final del recorrido,
con sus ojitos llenos de felicidad y mucha dulzura.
Ron Alphonso
5 de marzo de 2018