El silencio, el tiempo, el ruido y los suspiros
cantan al viento tranquilo de tu corazón naciente,
rebosante por la necesidad de cariño
tararea la canción que sale de tus labios
y grita al son de tu dolor para que las flores sientan contigo.
Baila en el desdén de tu latido y ríe si en tu vida encuentras algún alivio;
esta melodía que tocan las gotas de lluvia te acompañarán por siempre
y viajarán conmigo hasta donde tú me dejes.
Repite y siente cada sonido
hasta que te salga del espíritu y tu alma se funda con los lirios,
aunque se condenen con las ramas de mi vida prohibida y
con las espinas de esta historia mía que está bajo conjuro.
No dejes de sentir porque es lo que te mantiene aquí,
en los versos, tan cerca mío pero, tan lejos de tus ojos
que lloran al compás de los míos.