Lorca y Hernández
me miran desde la pared,
desde sus cuadros en la clase
al escribir en el papel
lo que en mi corazón nace.
De nuevo vuelvo a escribir
después de unos días ausente.
Mi mano no podía plasmar
lo que salía de mi mente.
El yeso me lo impedía...
Muchos versos se murieron
cada tarde, cada día,
de mi cabeza se fueron...
¡no recuerdo que decían!
Aunque seguro amor mío
que en mi pensamiento estabas,
esos poemas perdidos
eran de ti lo que hablaban.
¡Lo siento cariño mío!
trataré de recordar
esos versos que he dormido,
que se quedaron atrás.
Huelva 16 de Noviembre de 2016