Del libro La Vida es Viviendo
Déjate encontrar, en cualquier esquina,
por casualidad o por el buen cálculo de mi rutina.
Permíteme hallar tu mirada, simulando estar perdida,
para concluir que por algo se hallan tu vida y la mía.
Déjate encontrar en la misma cama y en la misma orilla,
por la coincidencia de nuestros cuerpos cuando se acarician.
Permíteme hallar tu boca en mi boca, tu brisa en mi risa,
para concluir que tu cuerpo es beso que besa mi vida.
Déjate encontrar en el callejón de mis fantasías,
por estar buscando lo que no has perdido, pero algo te inspira.
Permíteme hallar el deseo intacto que a tu piel excita,
para concluir que mi cuerpo sabe que te necesita.
Déjate encontrar en una mirada o en una caricia,
en la frase suave que a mi mente envuelve cuando tú te inspiras
en el corazón que me ha confesado que por mí suspira,
y en la excitación que siente mi piel, cuando tú respiras.