Tu mirada…
…llovizna refrescante,
salvadora de naufragios,
atraen mi ojos,
como el faro a la nave.
Y tus manos…
… parecieran,
ráfagas de rosal,
incitando cada poro,
de éste cuerpo entregado.
Tus dedos…
… cuchillos rasgando,
mi piel vehemente,
que se rinde cada noche,
igual que la madrugada,
se rinde al alba.
Y tus labios…
…mojando los míos,
que salobre fragancia!!,
de ese mar rabioso,
locura de tus besos.
Y ese cuerpo…
… serpiente zigzagueante,
enredada en el tronco,
que sabe a susurros,
entre el grito ensordecido,
del placer delirante.
a.rodríguez.