Mi caminar es lento por calles vacías,
me pregunto donde esta toda la gente,
el banco de la plaza ya viejo tocía,
el pájaro en su rama mira indiferente.
Le pido permiso al banco para sentarme,
sin antes primero saludarlo con un abrazo,
le comento cuanto me a costado a el allegárme,
con el sumo cuídado antes de darme un costalazo.
Nos acordamos de viejas anécdotas pasadas,
de esas que no se quedan en el olvido,
una a una van saliendo al camino las payasadas,
el pájaro que miraba se reía solo en su nido.
Se hace tarde nuevamente tengo que caminar,
el bastón me sirve de apoyo, para sujetarme,
los años que me acompañan me dejarón de aleonár,
mis piernas viejas y cansadas pronto an de abandonarme.
Miro al cielo y pido a Dios, solo unos años mas,
para ver crecer a mis nietos y verlos llenos de alegría,
cantando dulces canciones que no tienen compás,
oh deleitandomé con sus travesuras o alguna fechoría.