Imperios relatados
como episodios,
fraccionados en partes.
Sellados, lacrados,
en el vivir de ausentes,
de otros que estuvieron.
Historias livianas, pesadas,
trotan por espacios,
ocupan,
yo todavÍa cargo y las llevo.
Tragedias asesinas,
locuras de amor
empañadas, ensuciadas,
por el llanto, por mentiras.
Rociadas en sangre,
oliendo a pegajoso gasoleo,
son gavilán.
Otras,
perfumadas en blancura,
autenticas, sin dudas,
estilizadas espuelan,
achican males,
arrebatan suspiros,
inspiran como espigas,
son trigo dando pan.
Son musgo repleto de vida,
son la orilla del paraiso,
revitalizan, nada quitan,
son prado besando mejillas,
lazos, pasta de dientes,
son regalo y amistad.
Historia señalando,
equilíbrios y mareos,
lugares y nombres,
acrobacias y vuelos.
Aseo con aloe,
con lavanda,
con pompas enredadas,
entre canas de consuelo.
Pongo incienso en los salones,
depurados los fines,
se filtran en mi los comienzos.