En una página blanca me escribe,
con la tinta de su lindo corazón.
Procede de pirámide y faraón,
gustoso mi corazón la recibe.
Al principio creí fugaz delirio,
removí recuerdos y la ceniza.
Al yerto corazón, ella ameniza.
Su amor es concreto, nada ilusorio.
Desde la caverna diviso lumbre
pues ella animó un corazón marchito
lo alentó y liberó de letanía
su tristeza dejó de ser costumbre.
Estoy feliz, gracias; mi Dios bendito.
Es posible el amor a lejanía.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
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Se enseña mejor lo que más se necesita aprender…