Hoy ha llegado el maestro
al destino deseado
Hoy sus discípulos fieles
su sueño han realizado.
¡Silencio, que llega ya!
¿No sienten vibrar los pasos
muy firmes y acompasados
de quien sabe adonde va?
Mira con ojos de tu alma,
mira y podrás vislumbrar,
¿Ves? ahí llega, sonriente,
pues su espíritu está en calma.
Allí viene; está tocado
con su capacete eterno
y al cuello colgado trae.
su relicario sagrado:
cronómetro niquelado
que, al escuchar el pum, pum,
del corredor que se entrena
su tiempo habrá registrado.
Desde hoy, en lo sucesivo,
atleta, cuando aquí entrenes,
sentirás brisa de aliento
al brío competitivo.
La presencia del maestro
todos podrán percibir
animando a los atletas
de este Yauco de él y nuestro.
Tus discípulos que te aman,
¡Ah, maestro de maestros!
no te pueden olvidar
y tu presencia reclaman.
¡Campanas, repiquen duro!
«Con las sogas del pasado»
- como bien lo dijo él mismo-
«Las campanas del futuro»
Hoy ha llegado el maestro
al destino deseado.
Hoy sus discípulos fieles
su sueño han realizado.