Al sonreír, al hablar, al rezar,
me asombro de que vivo
en tu constelación espiritual...
Donde tu voz se hospeda en mi alma
a través de la Verdad,
de tu Palabra que me sostiene y aviva...
Y es que te amo,
alrededor del círculo amoroso
de tu amable luz...
¡Oh Dios mío!
Quiero tu libre comunión
para alcanzar lo eterno contigo.