Una mañana de largos recorridos
por la antigua ciudad y sus romànticas
callejuelas , nos hicieron recibir la tarde,
con el encanto de sentir amor en cada visita .
La tarde se hizo presente y la lluvia llegò
con insistencia , el oportuno paraguas
fuè extendido y la plaza amplia nos
observaba como tan abrazados
seguìamos caminando con entusiasmo .
El agua nos habìa salpicado , el momento
del cafè con pastelitos habìa llegado .
Los comentarios surgieron en giro
a nuestras visitas por el museo ,
y el encanto de sus obras ,
que nos habìan cautivado .
La conclusiòn era evidente ,
volveremos en un pròximo futuro .