Enrique del Nilo

MUJER

 

 

 

Se tira del catre con las piernas aún adoloridas

por estar sirviendo al macho

con el que decidió hacer su vida

Se acomoda las cuatro telas

que le cubren el pudor  y ya vestida

se lanza al molendero,

a la hornilla, al bracero…

a preparar los alimentos

que saciarán a su prole por un momento

 

Cuando el sol la sorprende

ya baila con la escoba

una danza insonora

pero cadenciosa,

arriando el polvo y las arañas,

dándole lustre a la mañana…

 

Comida para gallinas,

para la vaca y la chancha

luego baja en avalancha

con un alud de ropa al rio;

es de aprovechar el sol

si no a la noche habrá frío.

 

Luego de dejar

ropa lavada,

recintos aseados,

comida preparada,

leña cortada y rajada…

debe de prepararse

para otra jornada…

 

Una galera de esclavos

a la que llaman empresa,

donde soportar

malos tratos, acoso,

para que al final

si para cuidar su empleo cede

la echan por puta fácil,

y no cede resguardando su honor

la echan por puta estrecha

que no quiso aflojar

 

Total que

con el cuerpo maltrecho

por el ahínco de la jornada

entre la producción

y la evasión a los tanteos

acosos y toqueteos

del lacayo que se cree patrón

vuelve a su nidito de amor

donde ruge el león

que dice calza el pantalón

reclamando su condición

de macho por designación…

 

y otra vez a ver volar el calzón

y asumir su condición

frente al prepotente varón

que le relega a condición

de un adorno de salón…

y depósito de su generación

 

Y desde este pútrido círculo del infierno

le mantiene un efímero sueño

depositar su futuro en ese dueño

que usa su cuerpo con desenfreno

sin dejarle para el gasto

o siquiera un maltrecho orgasmo