Desde su nacimiento
princesa por obligación,
juegos marcados
madre y señora de su casa
por tradición,
niño que quiere cocinar y acunar bebés, obvio, maricón,
demasiado femenino para un mundo en el que tener similitudes con una mujer es delito.
A ella, marimacho, le dicen, por hacer deportes \"de hombres\".
A ella, fuerte y luchadora la llaman exagerada, por gritar que nos están matando, que tenemos miedo, porque nos violan, porque quieren silenciarnos.
Pero no lo conseguirán, porque por cada mujer caída nos vamos a levantar el doble, porque merecemos que se nos respete, que podamos aspirar a un trabajo digno y con las mismas condiciones que un hombre.
Por ti, por las que ya no están, por las que estamos,
no te rindas y dale la mano a otras mujeres, porque JUNTAS conseguiremos ser LIBRES, tan NUESTRAS y tan DE NADIE.
Te quiero,
libre y viva.