El murmullo del silencio
trae a mis oídos
el tañer de las campanas…
campanas tocando a gloria,
la gloria de estar vivo;
vivo, como esos mortales
con pies de arcilla,
rescatando su llanto
disecado en el lodo.
Alzo mis brazos de barro
que fueron senderos
de la vida misma,
escuchando el eco
del silbido trémulo
de una brisa
floreciendo la aurora.
Jorge Aimar Francese Hardaick
Escritor y Poeta - Argentina
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