Manos que acarician
y me hablan de ternura,
exploradoras del cuerpo,
que en mi la pasión desatan,
manos que consuelan,
en momentos de quebranto,
y que la dicha transforma,
en dos mariposas que bailan,
manos que se agitan tristes,
en cada despedida,
o que una contra otra,
aplauden emocionadas,
Manos que con firmeza,
entrelazadas con las mías,
sin condición me acompañan.