Lo sé
besarte conlleva cierta incertidumbre
olor de un libro nuevo
escrito a latigazos de desdén
estoy dispuesto a sentarme
frente a tu silla vacía
para atesorar la mímica perpleja del terciopelo
que quedó parasitado en tus gestos otrora caricias
aún en desacuerdo con la eternidad
hoy voy a jugar a separarme de mí mismo
con la impostura desigual de cercenar
el cordón de plata
amor lava efluvios cicatrizantes
permanezco en este mundo pintado
a velar las armas del índigo marino
en mi rostro
mutismo gatuno abierto a la luz
en el que bañarme
aún no cejo de envilecerme a puñados de sal
aún te voy viviendo con la habitación deshecha
cuando navego sobre mi sombra
cortada en dos quimeras
por la daga solar
de constelaciones invíctas