Quise quererte mucho
como el ganado a su pasto
como el caballo a su dueño.
Tus bravuras fueron tantas
que se unieron a las mías
para alejarnos más.
Escarbando un poco más
tus miradas con las mías
brotaron de lo más profundo
una gran calamidad.
Migajas se hundieron
sobre la tierra mojada
esperando que la lluvia
no me atormente más.