Carlos Hurrle

Árboles y agua de mis emociones

Árboles y agua de aquí y de mis emociones

Historia de titanes de la tierra y de la selva de concreto y asfalto.

Sagradas raíces, manos crispadas se aferran, sobresalen de la tierra, tendones apresan lo suyo.

Verde aferrado a la vida contaminada y gris del agua, el aire y la tierra de nuestros ojos.

Ya nos miras desde lo alto, te mofas desde tu cabeza de nube despeinada.

Aleteo de manos ungidas por lluvia, tierra y la mierda que cae también a veces desde el cielo.

Vibra la vida por tus venas, intricada creación, te extiendes a pesar, te amo desde tu raíz hasta tu verdad, primer sabio de éste planeta, espacio del primer graffiti de amor.

Tu celebras a la luz, me quitas el calor,
adorado bosque, compartes, anidas refugio, alimento, paz a mi corazón.

Con tu voluntad surcas nubes, allanas suelos, arañas el firmamento, con tu corazón atas la vida, con tu entusiasmo derrotas al tiempo.

Por tu naturaleza hasta los pájaros se reúnen, celebran contigo canciones sobrenaturales.

Señores árboles, ciudadanos en el paraíso de la banqueta puerca de Babel.

Invaluable engendro de sabia, hojas y madera, milagro sobreviviente, destierro enterrado.

Mástil que navega contracorriente la mar de concreto.

Objeto de adorno vital ignorado o ¿intruso?

Siempre semilla, territorio de vida y esperanza, abonas a mis recuerdos.

¿Qué está pasando? Dímelo a mi, ¡Protégenos!
¡Ámanos! ¡Sobrevive!

Por favor, ten madera de paciencia más,
árbol, árboles,
dímelo yo no te juzgaré, no te olvides de mi.

A tu sombra soy testigo de tus hazañas, de tus desventuras, del desprecio y por qué no, en ocasiones del amor de los ojos de aquí.

Aquí mismo, donde echamos raíces las cosas no van bien, escasea la poesía, ya no alcanza la razón, ni tampoco el agua.

Allí mismo donde estás,
Allí clavado,
Eres más que muchos, sin aparentar,
Prescindes de complemento,
Eres mujer y hombre al mismo tiempo,
Ser completo.

Cuando te vayas para siempre, ya no habrá nadie a quién poder darle el pésame.