Un ímpio extrañado
corsarias de la entrepierna
antorchas trasnochadas
me bastan para ver
sobrevivirme
etéreas comisuras retienen
la música de las esferas
en sincronía con el fulgor edificante
que aboveda la estancia
sin embargo
me exilio a la tundra
con mis letras tuertas
canso mi sombra
hasta hacerla pasar sed entre tinieblas
fatigo la rosa
hasta hacerla encallar
incubo la amenaza del nunca jamás