Tú, cuerpo, escúchame.
Tú, sonido trastornado...
Se, mis sentidos en ti albergan,
pensamiento.
Antenas esenciales, atentas, trashumantes,
observadoras, realidad pétrea y solapada
sol esplendoroso, ruido abisal
croar de sapos iracundos
luz cenital, Atacama.
Sabor predilecto
olores descendentes
sensación turgente
presión inexpresiva, voluptuosa
frío insatisfecho, calor talentoso...
Dolor.
¡Tu, Oh cuerpo! ¡en ti encerrado!
(¿por que humano, por que no rata, serpiente, leona?) dime:
¿Eres solo el medio de comunicación con todo...
o soy yo?
Dante Lucrecio