A mi el amor no me da la vida,
la vida me las das tú.
Préstame tu sitio,
donde sólo cabes tú.
Sepultemos la utopía,
en la tumba del amor.
Que quiero llenar el espacio,
que va de tu pelo a tu sombra.
Que quiero colmar de besos,
desde tus pies a tu boca.
Déjame ser el sudor,
que sala tu cuerpo.
Dame de beber,
de tus pechos de aguamiel.
Aprieta mis párpados,
que no vea tus ojos.
Que quiero saber,
como aman los ciegos.
Y después…
…después abandóname,
sobre tu piel de fruta,
que no encuentre el camino,
de vuelta a casa,
absorto y perdido,
en la noche más larga,
que seré centinela,
de tu gruta de fuego.
a.rodríguez.