La miró largamente,
Como mira una estrella,
el espacio infinito.
Una obra de arte,
de sutil magnetismo.
Profunda e insistente.
Intensa y complaciente.
Los labios entreabiertos.
Diminutas rendijas.
Resquicios atrayentes.
Leve entrada de sueños,
esperando un encuentro.
Bello portal de versos,
en los labios sujetos.
Invitando a sumirse,
en ocultos misterios.
Se dibuja la boca.
Un grácil arabesco.
De fresa la apariencia,
pero de miel su cuerpo.
Dos guardianes togados,
vigilan sus secretos.
Penetrante mirada.
Que proyecta su adentro.
Sin fisuras ni ausencias.
Firmes faros de fuego.
Vigilantes expertos,
de la vida que enfrentan.
Aunque a veces se ablandan,
cuando se tornan tiernos.
Sutiles analistas,
de carácter inquieto.
Absorbentes y bellos.
Viajeros incansables,
buscando nuevos sueños.
La nobleza presente.
Como un delfín de brisa.
Lo profundo y arcano.
La belleza que brilla.
Perforando la niebla,
que oscurece y limita.
A. L.
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