Mis palabras se traban con el viento que sopla más de lo normal en Vall d´Uixó.
Parece que quisiera sacar las casas, los árboles, los jardines de la tierra y llevárselos al cielo.
Los hierros de las verjas de los muros chirrían como si fueran a caer. Pero es el viento, y no la rabia de los oprimidos lo que lo provoca. Cuando pare, solo habrá ramas por el suelo, trozos de tejados, cosechas arrasadas.
Cada día es igual de malo que el anterior.
Hoy sopla el viento como una tempestad llena de ira.
Sus golpes son verdaderos cañonazos que provoca todo lo que este en pie de forma precaria, lo derribe.
Por eso policía cargada con sus armas da instrucciones en los barrios pobres para que nadie corra peligro bajo el viento.
Con gesto de desamparo me he levantado este día airado.
Para cantar a la vida sin alegría voy al campo.
Como una elegía pasa la vida plantando cara a los mercados.
Las hierbas están estresadas traspasadas por la guadaña del viento.
Los perros nerviosos por estar encerrados sintiendo una mano encrespada que les aulla al oído y les contagia su rabia.
El sol se ha elevado, dispuesto a incendiar el campo con su aliado.
¿ Cómo organizar tanta faena sin medios y sin sentir ira?
Lo primero bajar con la carretilla y los bidones al huerto.
Hoy es un mal día para regar.
Alzar las cañas y atarlas ha resultado ser una perdida de tiempo.
Habrá que volverlo a hacer.
Labrar y gemir de pobreza.
Pero no digas que sientes ira, que sea el viento que la traiga.
Recoger leña para la hoguera.
¿ cómo ha caído tanto mi vida?
Vientos de muerte me acechan.
Tempestades de silencio, rayos de indiferencia,
lágrimas de desesperación que bañan melancolías;
que se adueñan cuando agotado de tanto golpe y calamidades,
se bajan los brazos.
!Mueve las aspas de tu guadañas aladas viento de muerte!
Propaga las llamas en nombre de la Igualdad, la libertad y la fraternidad.
Angelillo de Uixó.