Fue conocernos y amarnos,
desde un primer momento
sin espacios, sin medidas
sin cuerpos y sin tiempo.
Dos almas que se juntaron
en el plano de este universo
sin ser tuyo… sin ser mía
sin ser nuestros…
Solo dos hojas que hacían el amor
arremolinados por el viento
una tarde de otoño
de mil domingos… de mil inviernos.
Dos seres destinados a encontrarse...
a compartir cosas…
a quererse y complementarse
a ser cómplices de madrugadas
de lunas y estrellas trasnochadas
amantes y confidentes,
sin embargo,
condenado a no estar juntos
y a que su amor,
solo termine encallado
en las arenas del recuerdo,
siendo nada… siendo todo.
-. Par