Poeta de cielo
y de lujuria...
te anudas
en cáliz descendiente,
de alondra...
el alma que te invoca,
herida de piedra
impenitente,
de dardo la rosa
venturosa...
licuada en la arena
de sus dientes.
P.D: A nuestro buen amigo Hermes Varillas Labrador,
quien acaba de publicar un hermoso libro de poemas...