Con dedos trémulos repasaba en el lienzo de tu piel, los contornos de tu cuerpo,
quería aprehender con la memoria de las manos, tu dibujo.
No se por qué te escribo ahora en recuerdo,
quizá no intente olvidarte...
Pues el misterio marrón de tus ojos,
quedó tallado en mi pupila desde adentro,
Y son tus ojos todo lo que veo cuando miro.
¿Hacia dónde huye el silencio, cuando callas?
Ciego, buscando la luz de tu tacto, no encuentro tus manos...