Vuela, varona mía de mis sueños
lejos, alcanza el majestuoso cielo
lleva contigo brotes de olivos tiernos,
y este mensaje en tu pecho envuélvelo:
Es amar, mi tinta más fresca.
Es amar-te, mi pluma más perfecta.
Te escribiré ahora y tan cerca
cada letra a puño sangrienta.
Dispuestos mis ojos están
sobre estas oscuras cuencas.
Y gris la luz de sus pupilas
de tanto que te observan.
Sobran los sentidos para quererte
y falta coraje para amarte.
Si al volar jamás regresas
olvídate de estos pobres huesos
pero si es retorno y nos recuerdas
en tu pecho esos olivos tiernos.