Apacible
siento el agua cubrir mi sien
a medida que mis pies avanzan.
No hay dolor, no hay rencor
tan sólo ese sonido ensordecedor
del agua haciéndose camino a mi alma.
El cielo, atardecer tan antinatural
y en el agua cristalina resalta
la arena de color rosada.
El tintineo
se empieza a oír a lo lejos
en unos momentos se detendrá.
Realmente, ¿a quién le importa?
Mientras siga caminando. ambulante
En El Océano Rosa.
Carlos Joel López