Cristalina la noche quebrada al alba,
tan liviano el sereno que enjuaga ilusiones,
¡ay mujer que desvelas al horizonte con miradas aisladas!
de sedientas luces atraes mis ojos para morirme en ellos,
reviveme ahora con tus labios de rosas,
fingir olvidarlo es ignorar que existió el amor.
Descolgados otoños llueven hojas marchitas
como quien llora en amargos lamentos
la hora instantánea fallecida que no volverá,
no te lleves las velas del alma para oscurecerme
ámame sin prisa, ámame sin demora.
Cuando acaben los frescos pinos abrazados a las nubes
ligeros rocíos ausentaran nuestra sequía,
invernaremos bajo la esencia delicada del amor,
no habrá fin al principio que fácilmente escribimos,
fingir olvidarlo es ignorar que existió el amor.
Negarme a ceder a tu encanto de mujer,
es como ignorar la puesta dorada con los ojos abiertos,
no me escondo del frío en el verano,
ni los meses ocultan instantes gastados por el ayer,
titilan mis labios susurros dormidos a tu boca,
ámame sin prisa, ámame sin demora.