Gracias
(aunque no te merecí)
No sé si llegue a darte gracias,
pasan tantas cosas en una despedida forzada.
A veces el dolor se impone ante la conciencia,
llega a ser altanera la benevolencia,
se olvida toda la decencia,
solo queremos callar esa dolencia.
No sé si llegue a decir lo importante que fuiste.
Cambiaste mi vida de tal manera,
y, ni cuenta me di, cuando lo hiciste,
pero, todavía estoy recibiendo los beneficios
de aquel amor que me diste, tan simple,
tan mágico, tan bonito, me hiciste plena
y llegue a ti rota, vacía, sin aliento y sin metas.
No sé si alcance bendecirte
como conmigo lo hiciste.
No sé, si sentiste los ‘Te Amos’
o, si solamente te deje con estragos.
No sé si ves la mañana como una revancha,
pero por tu amor, hoy en día la veo llena de esperanzas.
Que amor tan agraciado, irónicamente me pensé desgraciada.
Qué manera de amar sin esperar nada,
hoy entiendo que te amé, como si fuera una intercambio.
Qué manera de entregarse, más, yo me confería a tus deseos a veces.
Oh, mi simple amor eterno,
¿qué habré hecho para recibir tal privilegio?
De ser amada tan tiernamente,
De ser deseada como ama el brote la clara,
De ser tan tuya, sin pruebas, sin trabas.., solo tuya,
de tus besos, de tus noches, de tus esperanzas.
Más hoy hay un mar muerto de por medio,
mis salinas aguas casi te destruyeron,
mis abrazos a medias casi no te cubrieron.
Tu solado corazón siempre derritiendo mis nieves,
se alteró tu constitución, se cansaron tus ruegos,
mi clima te polarizo y te he dejado con un largo invierno.
Hoy entra la primavera, y desde lejos solo me queda,
recordar que bonito fue; ser amada, bendecida, y
bienaventurada con aquel amor que dulcemente me brindaste,
y, que yo destruí por ser tan ingrata.
LeydisProse
3/13/2018
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