Quienes tuvieron alguna vez un amor prohibido me comprenderán .
Algunos me juzgan amargo otros mas, un ordinario atrevido pero no es mi problema, mucho menos me incomoda.
Si quieres saber del amor pregúntale a una mujer casada. No me refiero a una primerisa, esa se encontrará en la luna apreciando a su marido como lo mas parecido a un héroe intergaláctico aunque el pobre tipo no tenga nada diferente al resto de los mortales. O por lo menos eso dice.
Hablo de las mujeres que llevan por lo bajo, 5 años de casadas. Esas solitarias acompañadas de un lastre al cual se le va la vida trabajando, durmiendo o pasmado frente a la pantalla del televisor.
Esas mujeres ataviadas con cualquier ajuar pero con la saliva aun fresca del hombre con el que conocieron la pasión debajo de las bragas.
Ellas si saben amar. No te juran que son vírgenes, ni amarte por el resto de su vida. Mucho menos te dicen que es la primera vez que se enamoran, lanzándote un juramento para finalmente asfixiarlo en un velo de novia.
Una mujer casada se escapa contigo y te entrega el verdadero amor, el mejor sexo y juramento. Libremente te dice donde tocarla y besa hasta tu sombra. Después te hace un sublime juramento de discreción.