José de Jesús Camacho Medina

La Danza del Rectángulo

Tus manos y rodillas
son pilares
en este rectángulo inédito
tu cuerpo:
una fábrica de sensaciones etéreas
recibiéndome como insumo
mis manos se apropian de tu cintura
sujetando a la simetría de tus costados
sin tregua
sin mesura
para ofrecerte esta danza
en tus magnos diseños
y a través de ella
es que invoco a la memoria
a la grieta que ha de fraguarse
en los predios del olvido.

No puedo verte a los ojos
pero tus voces son mi interlocutor
le dictan a este barco
si voy en dirección oportuna
o he de virarlo por los icebergs al acecho.

Te encuentras dócil
sumisa
en la cardinalidad de tus hemisferios
como un presa sin escapatoria
que afronta en cámara lenta
a su destino
y yo
simplemente el amo del universo
haciéndo que mi batuta
dirija este concierto
en los compases que se me antojen
la sonata ha de terminar a mi señal
cuando vierta mi lluvia en la sequedad
de los desiertos que te invaden
soy dictador en esta nación del vaiven
donde brota la magia a granel
emperador de esta simbiosis
en donde tu al recibir
me otorgas
y yo al darte recibo
y el cosmos me condecora con el grado
del terrateniente más grande de la historia.