Llegas ausente e intermitente
sin hallarme me encuentras,
vacía cuando callo,
tan llena cuando hablo,
infinito romanticismo que te cubre
aún en tus instantes de nieve,
blanca y pura, a veces fría.
Eres lluvia en verano,
verano en primavera,
otoño en invierno,
de mirada impredecible
sorpresiva y efusiva.
Cristalinos espejos emergen del llanto
cuando amas, cuando olvidas,
cuando recuerdas,
y en tu recuerdo no me hallas,
y me enciende el fuego del aroma de tu risa
y vuelvo a caer al espacio donde eriges amor.
Eres la sombra de luna llena,
fugitiva en oscuridad,
sombría en las auroras,
iluminada en madrugadas,
de huellas fugaces
silente y pasajera.
Llegas furtiva y oculta
como estrella a media noche,
me buscas entre tantas cosas,
entre escasos besos quieres hallarme
y me encuentras en el regreso inesperado.