Tu beso no ha de marchitarse,
tomará aliento cuando sienta
el calor de mi nido,
el licor de mi cava,
la prominencia de mi cúspide,
y el pico de mis alcores
en su mayor esplendor.
Descubrirás mi confín más oscuro,
alteraras el rictus de mi boca,
tu lengua tanteará en ese roce clandestino.
Tus dedos bailaran
en los surcos de mi tierra,
tu madero será el rey en mi imperio,
quien incitará tormenta en mi llanura.
Yerguen altivas mis caderas
cuando sienten el peso de tu hombría.
Tus manos me alzan en arco,
pretenden llevarme
a una pequeña muerte,
palideciendo el eje de mi continente.
Tu quejido al unísono de mi sollozo,
tu piel escarlata en mi esencia,
en mi cueva,
en mi ojal.
LoreCruz
(Madrigal de Luna)
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Colombia-2018