Como el arcángel
la gloria tocas...
y apenas vistes
el mediodía de lisonja,
de azucena...
tu verso descreído,
de rosa...
y herida languideces,
de vida...
desnudas la alborada,
zaherida...
por la gracia
de tus preces.
P.D.: En honor del poeta español Rafael Molero,
quien siempre me anima incluso en mis horas más bajas.
Siempre inconmensurable, en sus dos lenguas...