Así, como un mármol, hipnotizada
por Helios vestido en crisoberilo,
la nívea flor en tosco peristilo
reverbera, de espasmos abrumada.
En la grave heredad duérmese en vilo
con barbárico vértigo de almohada.
¡Ay del cierzo!, ¡y ay de la atribulada
brisa si enturbian la paz de su asilo!
Fíngese mohína cual desvirtuada
o bien encinta en su grácil estilo
según su capricho la flor nacarada.
Sobre tal hierba mis versos oscilo,
y como un fauno de obscena mirada
preparo el \"rapto de amor\" con sigilo.