SERENAMENTE TRISTE
porque sé que me pueden cortar los dos pies y una mano
y aún tendría la otra,
porque sé que si callan de repente los ríos
y enmudecen las fuentes
me quedo con los pájaros,
serenamente tiste por los cerezos malva,
por las corbatas rosa,
por los lagos ventrílocuos
y las fábulas persas,
porque el viento y la lluvia están llevándose
los muros de la casa
y aún resiste la higuera,
porque están los hangares atestados de grises diplomáticos
y espero a los mecánicos de la melancolía,
porque aumentan sin tregua los coleccionistas de absurdos
y crece la rutina de las lamentaciones,
serenamente triste por los expendedores de cerveza,
serenamente triste por los niños de leche y por la madres autistas,
serenamente triste por la soledad de las catedrales y las nieves astutas,
por la intranquilidad de los ahogados,
por la temperatura de los necios,
por el bouquet que dejan los vinos que nunca he de probar,
por todo ello.