Silencio sucesivo…
los peces oscuros reclaman
otro mar
para su sonrisa y sus cabellos negros
La extradición de un niño
desde la vida
no se debería escuchar
porque asfixia al viento
de consternaciones
y revoca
las constelaciones al punto
y se detienen centenares de deseos
de caramelos
Un invierno inesperado llega
y deja a una multitud
de golondrinas bajo cero
La muerte muestra su mandíbula feroz
y miles… rabia y pena
pero a media jornada la lluvia
de olvido
llega como novia adoptiva
y ahoga
los kilómetros entre las playas
de luto e indignación
Y todos se suben a sus cómodos coches
y se alejan
de los gritos
de las voces
del rumor…
Y en una llorosa silla
una madre espera
un par de aletas doradas del Cielo
y un pasaporte
a un hermoso país
hecho de corazón