Alejandro José Diaz Valero

Las dos rosas (Parte II, El final)

 

Vi la rosa rosada cuando  envejecía

y mostraba sus pétalos ya quemados

poco a poco se fue yendo de mi lado

dejándome sumido en agonía…

Ella me entregó su completa lozanía

y supo lucirme sus encantos,

se iba marchitando y mientras tanto

decidí escribirle un buen poema

para poder cantarle a mi manera

la bonita canción que hoy le canto.

 

Eran dos rosas recordaran ustedes

ambas se marchitaron, estamos claros;

pero una destacó de modo raro

y mantuvo la tersura de sus pétalos fieles.

en casi dos semanas me dejó placeres

en el diario contemplar de su belleza…

Ella fue una excelente pieza

digna de la más hermosa colección,

no fue una simple rosa de ocasión

Fue sencillamente, mi floral princesa.