Vi la rosa rosada cuando envejecía
y mostraba sus pétalos ya quemados
poco a poco se fue yendo de mi lado
dejándome sumido en agonía…
Ella me entregó su completa lozanía
y supo lucirme sus encantos,
se iba marchitando y mientras tanto
decidí escribirle un buen poema
para poder cantarle a mi manera
la bonita canción que hoy le canto.
Eran dos rosas recordaran ustedes
ambas se marchitaron, estamos claros;
pero una destacó de modo raro
y mantuvo la tersura de sus pétalos fieles.
en casi dos semanas me dejó placeres
en el diario contemplar de su belleza…
Ella fue una excelente pieza
digna de la más hermosa colección,
no fue una simple rosa de ocasión
Fue sencillamente, mi floral princesa.