Por Alberto JIMÉNEZ URE
Mi alma te ilumina y permanecerá
Sempiternamente contigo, bebé.
No estás en nuestro país,
Pero, hace tiempo que la Tierra
Ya no luce más inmensa que una aldea.
Te amo y extraño inmensamente,
Escucho tu voz mirándote caminar
Por cada resquicio de nuestra casa.
Continúa fortísima e inteligente
Porque mucho éxito y dicha
Aguardan por ti, bienaventurada.
Tu padre, que bendice tu existencia,
Y lo ha escrito y así se cumplirá.