El ultimo día de verano nunca fue sencillo.
Nunca pertenecí a este lugar ni a cualquiera de los que vendrán.
En los ojos del reflejo solo encuentro ausencia,
el devenir del desencuentro social,
la huida de la angustia y cualquier amiga por conveniencia,
inevitable retorno a la autocritica existencial.
Nunca pertenencí a este cuerpo ni a ninguno de los que vendrán.
En el suspiro solo encuentro alivio, a veces una sensación de vació,
la perpetua renuncia al control de cualquiera de mis yo que busquen algo que no sea paz.
Arrancar de nuevo jamás fue comenzar.