Es una sonrisa sabia,
es un cutis primaveral,
es un recreo carnal,
es Flora y es la savia.
Cambia el hosco paisaje,
con su profunda mirada,
y con la magía del hada,
torna en solaz lo salvaje.
Leonardo el fiel amante
de los andróginos ángeles
y de las vírgenes núbiles.
Fuiste el sol fulgurante,
que iluminó las lóbregas cárceles,
del poder omnímodo de los hombres fútiles.