Con la “Y” griega, por Yucatán y sus playas
Vaya, vaya,… ¡qué buena baya!
con nuestro acervo idiomático,
es un padecimiento sintomático
que no requiere de una atalaya.
Tampoco subirse al Himalaya
es enfermedad de reumático,
al leer este mundo mediático
digno de publicarse en una valla.
Será lo que mis versos detallan
un remedio para el asmático,
como el mandato hipocrático
de buena salud sea tu vitualla.
Rallar con rallo, no es igual a raya
cual colocar un hierro errático,
confundido anda el maniático
otorga y consiente, el que calla.
En Troya no valieron murallas
siendo el caballo un don estático,
y, tal vez, igual para el apático
la malla de red a un indio maya.
De cocuyos la noche casi estalla
eyectados llegan hasta el ático,
como yoyos en vaivén neumático
del Yucatán hasta tierra uruguaya.
Llego y cito en la de mis guacamayas
donde el yantar es acto simpático,
lo dice un humilde catedrático
con la hayaca el yerno desmaya.
Al yerno y al cerdo mostradle la playa
castizo refrán como ácido muriático,
yoga y yogurt a quien sea venático
pues con la salud no se ensaya.
Ya lo deseaba el insepulto canalla
en Yare se forma como vil fanático,
del odio y resentimiento lunático
al mismo averno se llevó sus fallas.
Con cuentos de arañero en batalla
en un circo de bufones acrobáticos,
de los logros bastante pragmáticos
Juan Bimba de hambre se desmalla
Veía a mi país con cadenas y guayas
como súbditos en su plan linfático
del comunismo cubano y asiático
con nuestros derechos que soslayan.
Y como herencia la nave que encalla
cual narco yate por el mar Adriático,
en su maquiavelismo programático
el país sometido a punta de metralla.
Y las focas sin recular o tirar la toalla
fieles al padre putativo y autocrático,
al legado insurrecto y mayestático
y lo que aspiran: facilismo y papaya.
Para despedirme sin un amalhaya
con regio talante matemático,
por favor, que no soy “revoleático”
de farándula musical o de pantalla.
Desde mi Venezuela que avasallan
mi ¡hasta luego! gallardo y enfático
y no siendo un tanto carismático
de buenos deseos me sobran agallas.
Por Hermes Varillas Labrador
1827 15/03/2018