Mi pensamiento acaparas
desde que entraste en mi vida
y de forma desmedida,
mis emociones disparas.
Creo que no eres consciente
de hasta qué insólitas cotas
mis sentidos alborotas,
cuando te me haces presente.
Bendigo mi buena suerte,
pues cuando estás a mi lado,
yo me siento desbordado
por la alegría de verte.
Por contra, cómo te añoro
si de mi vera te alejas,
y, si sueño que me dejas,
de angustia, soñando, lloro.
Sabiendo la buena suerte
que tuve de haberte hallado,
lo que me tiene angustiado
es la inquietud de perderte,
siendo tú, mi niña hermosa,
tan difícil de encontrar,
como es lógico pensar,
por ser tan rara y valiosa.
© Xabier Abando, 18/10/2016