A qué la música, que a mis oídos llama,
si es a tu voz, la que mi amor reclama.
A qué pintura, mis pupilas atienden,
si dilatar con tu icono pretenden.
A qué las letras, que mi mente aclara,
si solo a ti, tengo en la palabra.
A qué el pasado, a qué la historia,
si toda ocupas en mi memoria.
A qué la tierra y su universo,
a qué mi vida, a qué estos versos...
A Anna en la distancia.
Porque nos sigamos haciendo preguntas, aunque no tengan respuesta. Saludos.