La lluvia llora sus desdichas quizá
y apaga del sábado la lumbre.
Siete veces me azota el cielo
siete veces también el camino.
Parece reírse un gallo de mi ser macilento.
Hay desventura en la carne
hay molestia sobre la piel
mientras un frío se hace dueño del alma.
Ser o no ser, se oyó por ahí
¿Y que si ya no soy?
¿Y que si no quise ser?
Porque hasta el bien me parece mal
porque mis porqués los entiendo
y es otro mal.
Creo que la calavera del óbito
la tengo en mis palmas.
\"Tredecim\"
El hierro del trece vive en mi epígrafe.